Hace apenas dos semanas, Xavi Domínguez publicaba a través de Amazon su quinto libro, “Bocados de vocablos”. Le planteamos una entrevista y dado que están de actualidad las estratagemas entre autores, él mismo decidió hacer de periodista y entrevistado. He aquí el resultado.

-En su biografía figura como autor de: guiones cinematográficos, obras de teatro, novela de misterio y novela negra, comedia erótica, cuentos y ahora también publica un diccionario. ¿Qué será la próximo, escribir el prospecto de un medicamento?

Esto ya lo hice para promocionar “Pentagrama criminal”. “Bocados de vocablos” también aparece en un fotomontaje como una vacuna para paliar la falta de lectura.

-Puede que algunos lo tachen de afán de protagonismo.

Todos los escritores tenemos esa necesidad de trasladar al público nuestras ideas, de lo contrario escribiríamos sin publicar, como el que redacta un diario personal y lo guarda bajo llave en un cajón. Tampoco quisiera encasillarme en un género y, por suerte, me siguen llegando temas que me inducen a tomar notas e ir preparando escritos.

-¿Cree que su poco ortodoxo diccionario animará al público a leer?

En principio, espero que sea un aliciente para que, al menos, sientan curiosidad y quieran comprar el libro. Por suerte para los no lectores esta es una lectura de consulta, no es obligatorio leer de un tirón todo el ejemplar.

-¿Por qué se lee tan poco?

Las ganas por leer se inculcan en la escuela, contando historias que maravillan a los pequeños. A partir de aquí, un entorno repleto de libros ayuda a que el imaginario del niño reclame más elementos que le ayuden a soñar y a seguir imaginando. Puede ser que las lecturas obligatorias en edad escolar tampoco ayuden, entiendo que algunas obras clásicas sean difíciles de digerir para chicos de 16 años. Luego, para leer se requiere un entorno calmado y cierta concentración, y ahora vivimos persistentemente en un absurdo frenesí, sin contar que las redes sociales, la telefonía y la eclosión de las series roban mucho tiempo a la lectura.

-¿Qué opina sobre la polémica acerca de Carmen Mola?

He de confesar que a mí me sorprendió, imagino que no tanto como a los responsables de las editoriales.

-No le entiendo…

Tres señores embutidos y agazapados bajo un largo abrigo de señora, firmando el contrato inicial con Alfaguara… Hay que admitir que son hábiles y contorsionistas. Para Planeta, cuando les concedieron el premio, también sería un jarro de agua fría descubrir el camuflaje.

-¿De su ironía se desprende que todo vale para vender?

Bueno, eso lo dice usted, que en realidad soy yo moviéndome de silla para preguntar y luego responder. (El entrevistador y el autor se miran unos segundos en silencio.) Este sector está dominado por el marketing y esta ha sido una clase magistral.

-Pero como dicen los autores que hay detrás de Carmen Mola, lo importante es el texto, ¿está de acuerdo?

Por supuesto, cualquiera defiende esta afirmación, en especial los autores que mandan manuscritos de calidad a las editoriales y estas ni les responden porque no son personajes reconocidos o tienen pocos seguidores en Instagram.

-Volvamos a su libro. ¿Por qué hay que comprar “Bocados de vocablos”?

Si fuera un cantamañanas que quisiera presumir de falsa sinceridad, diría que porque quiero comprarme una torre en Saint-Tropez, pero prefiero recurrir al romanticismo: wsta es una lectura pensada para esbozar sonrisas e introducir nuevo vocabulario entre la gente. Es muy triste quedarse sin palabras, este libro puede ayudar a subsanar este inconveniente.

-Por último, dígame una palabra que no salga en el libro, así, para que al público se le abra el apetito.

Hay unas cuantas que aparecerán en la segunda edición, les dejo esta:

APELAR

Recurrir una sentencia, después de haber sido acusado de vagancia por no cortarse la fruta.